sábado, 13 de marzo de 2010
¿Por qué los niños deben practicar Aikido?
Los adultos suelen practicar Aikido para obtener paz interior, relajación, adquirir buena condición física o como defensa personal; pero estos son conceptos en los que la mayoría de los niños ni siquiera han pensado. Entonces ¿por qué practicar Aikido es una buena opción para los niños? ¿qué beneficios puede aportar a sus vidas? La práctica del Aikido desarrolla gran capacidad física, flexibilidad, concentración, equilibrio (tanto físico como mental) y contribuye a que los niños se sientan mejor con su cuerpo dándoles mayor confianza en sí mismos y mejor comunicación con los adultos.
Las clases de Aikido para niños están orientadas a brindarles espacios para, a través de diversas situaciones, explorar y desarrollar todas sus potencialidades tanto física, mental, espiritual y social.
A través de juegos, técnicas de defensa personal, formas, posturas y diversos ejercicios en un clima divertido y dinámico, se integran todos los aspectos esenciales en el aprendizaje de los niños. De esta manera se logra que sientan curiosidad ante nuevas situaciones y se muestren dispuestos al cambio.
Pero, ¿Por qué los niños deben practicar Aikido?
Aikido es una disciplina no violenta ni agresiva. ¿Qué significa esto? Simplemente, que su hijo(a) nunca podrá iniciar una pelea con Aikido. Los niños aprenden a solucionar los conflictos no a iniciarlos, ni a hacerlos más grandes. A través de la práctica de Aikido no se estimula a que los niños padezcan el "síndrome de los Power Rangers", con el cual van por todos lados golpeando y pateando a sus amigos, familiares, puertas, perros, gatos y todo aquello que en sus creavitas mentes lo consideren un enemigo o un monstruo. Debido a que Aikido se basa en el principio de la no-resistencia, los niños aprenden a no ser agresivos, resolviendo los conflictos con un posible agresor, en la calle o en la escuela, con calma y buscando neutralizarlo sin causarle daño.
Enseña a los niños a mantenerse en calma. Si los niños necesitan permanecer sentados en la escuela, concentrarse en la tarea o enfocarse durante la práctica de algún deporte, el Aikido les muestra como hacerlo de forma correcta. La práctica de las técnicas de Aikido les enseña a controlar la agitación, precipitación e impaciencia; tan natural en los niños de hoy en día. A través de la práctica los niños aprenden que hay momentos para jugar, momentos para estar serios, momentos para hablar, momentos para relajarse, momentos para aprender... se vuelven conscientes de que existen momentos diferentes y aprenden a adaptarse a cada situación de manera natural.
Enseña a los niños a defenderse de forma práctica; a través de técnicas de desequilibrio, inmovilización y control, siempre evitando lastimar a sus agresores, quienes la mayoría de las veces son niños mayores. Desequilibrar y controlar funciona muy bien, aún si los niños son más pequeños que sus agresores. Además, de esta forma evitan el problema que se podría dar, si la única forma que conocieran de defenderse fuera golpear, lesionar o hacer daño.
Da a los niños una visión positiva del mundo. Les enseña que, para hacer cosas que valgan la pena, deberán trabajar en armonía con su entorno (medioambiente y los seres que les rodean). Les enseña que ocasionando problemas, nada bueno obtendrán. Sin embargo, si su estado mental es correcto, calmado y positivo; ellos podrán obtener algo bueno, aún en medio de las situaciones adversas. Los niños aprenden que "Cada problema representa una oportunidad para mejorar".
Ayuda a los niños en la Escuela. A través de la práctica del Aikido, los niños desarrollan tranquilidad y pensamientos más claros. Como resultado, asimilan más fácilmente los conocimientos y piensan con más claridad. El Aikido busca desarrollo el potencial humano al máximo, y la escuela es uno de los lugares más importantes para que este potencial se vea realizado.
Funciona para gente pequeña. Debido a que Aikido no se basa en el tamaño, velocidad, peso o alcance; es posible que los niños puedan aplicarlo sobre otros de mayor talla o peso. De hecho, es bastante sorprendente darnos cuenta de la potencia que puede generar un niño al aplicar técnicas de Aikido sobre un agresor más grande.
Se fomenta el Trabajo en Equipo y el Liderazgo. En cada clase de Aikido se propicia el ambiente adecuado para que los niños puedan aprender de ellos mismos y de otros niños, sin violencia y en conjunto. Los niños comprenden que las técnicas de Aikido se construyen entre dos, aprenden rápidamente a ayudarse mutuamente con naturalidad y además, aprenden a cooperar entre ellos para lograr objetivos comunes.
La práctica del Aikido no requiere de habilidades especiales. La clave para progresar en Aikido y en la vida es simplemente perseverar y tener una actitud positiva...
¿Podemos enseñarles algo mejor a nuestros hijos?
Fuente: Aikikai Zulia
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